Las enfermedades ocupacionales son aquellas que se desarrollan como consecuencia de la exposición prolongada a factores de riesgo en el entorno de trabajo. En el Perú, la Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo (Ley N.º 29783) establece que las empresas deben implementar medidas preventivas para evitar estas afecciones, que pueden afectar la calidad de vida y la productividad de los trabajadores.
Entre las enfermedades ocupacionales más frecuentes se encuentran los trastornos musculoesqueléticos, causados por movimientos repetitivos, malas posturas y esfuerzo físico excesivo. Problemas como el síndrome del túnel carpiano, la tendinitis y el dolor lumbar son comunes en trabajadores de oficina, operarios de producción y personal de carga y descarga. Para prevenir estos trastornos, se recomienda aplicar principios de ergonomía, proporcionar sillas adecuadas y promover pausas activas.
Otra enfermedad frecuente es la neumoconiosis, derivada de la inhalación de partículas de polvo en entornos industriales y de construcción. Este problema afecta principalmente a mineros, albañiles y obreros de fábricas que manipulan sustancias como asbesto o sílice. La mejor forma de prevención es el uso de equipos de protección respiratoria, ventilación adecuada y monitoreo ambiental constante.
Las enfermedades cardiovasculares también pueden tener un origen ocupacional, especialmente en trabajadores expuestos a altos niveles de estrés. La carga laboral excesiva, la falta de descanso y el sedentarismo aumentan el riesgo de hipertensión y enfermedades del corazón. Para reducir este impacto, las empresas deben fomentar ambientes laborales saludables, programas de manejo del estrés y promover actividad física entre sus colaboradores.
En el sector salud, la exposición a agentes biológicos es un riesgo constante. Enfermedades como la tuberculosis, hepatitis B y COVID-19 han evidenciado la importancia de contar con medidas estrictas de bioseguridad. El uso de guantes, mascarillas, lavado de manos frecuente y vacunación es clave para prevenir contagios en estos entornos.
Las empresas que priorizan la prevención de enfermedades ocupacionales reducen la tasa de ausentismo, mejoran la calidad de vida de sus empleados y evitan sanciones de entidades reguladoras como SUNAFIL. Implementar exámenes médicos periódicos y programas de vigilancia de la salud ocupacional es esencial para garantizar el bienestar de los trabajadores y mantener una organización eficiente y sostenible.